Autora: Gayle Forman
Mia, una chica de diecisiete años, tiene un hermano pequeño de ocho, un novio y un padre ambos músicos. Mia va a intentar entrar en la escuela Julliard en Nueva York. Aunque está dispuesta a dejarlo todo, familia, amigos y a su novio Adam, esta decisión lleva varios días dándole vueltas por la cabeza. Ella toca el chelo desde que tenía 8 años y aunque sus padres son amantes del rock no se opusieron a la decisión de su hija. Un día de febrero, al despertar, Mia se entera de que las clases han sido canceladas por una gran nevada y su familia decide ir a casa de sus abuelos, en otro pueblo, en su coche familiar. Todo parece normal, hablan y escuchan música mientras hacen el tranquilo trayecto, hasta que un camión los arroja fuera de la carretera. El brutal accidente hace que los padres de Mia mueran, que su hermano quede gravemente herido y que ella entre en coma. Mientras el cuerpo de la chica se debate entre la vida y la muerte, ella es capaz de ver todo lo que pasa a su alrededor y con esto es de la manera en la que empieza a recordar momentos espontáneos de su vida. Ahora solo falta que ella tome la decisión de si quiere seguir adelante, y esa decisión es lo único que importa.
No es de los libros que más me han gustado. No sé si porque tenía las expectativas muy altas o por qué. La trama sí que me atrae aunque, en mi opinión, el libro se hace un poco pesado ya que el personaje de Mia siempre se encuentra en el mismo momento, es decir, en el día del accidente y siempre narra ese momento y los recuerdos que va teniendo.
Creo que quizás es el libro que menos me ha gustado de los que he leído este año y la verdad es que me costó muchísimo terminarlo porque se me hacía muy pesado aunque solo tiene unas ciento noventa páginas.
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